Desde el mes de enero de este año, aproximadamente, estoy trabajando con 17 municipios de la provincia de Cáceres. Desarrollando para ellos, en el marco de un proyecto europeo, diagnósticos y planes de sostenibilidad alineados con los ODS. En general, municipios rurales de pequeño tamaño. En este contexto, y en relación con el medio ambiente, muchos de ellos están en condiciones mejores que otras grandes ciudades donde sí suele haber más problemas relacionados con la calidad del aire o la desconexión con la naturaleza.
Formalmente hablando, si se entra en tecnicismos, puede que mucho de estos pequeños municipios no tenga un plan de adaptación y mitigación al cambio climático. Sin embargo, en una gran cantidad de ellos, la proximidad a zonas verdes ya les está generando beneficios. Por ejemplo, en lo relacionado con “vegetación como sumidero de carbono”.
De entre los problemas ambientales más comunes que tienen, pueden estar la situación en que se encuentra la red de abastecimiento de agua; algunos de ellos aún cuentan con redes de fibrocemento. Las fugas en edificios municipales y/o piscinas. Las situaciones de sequía periódicas a las que alguna vez se han tenido que enfrentar. La presencia de un porcentaje elevado de personas mayores que en épocas de calor están expuestas a altas temperaturas en la calle por carecer, por ejemplo, de zonas de sobra y tener una arquitectura muy “gris”. La falta de frecuencia en la oferta de transporte público. El abandono del monte con el consecuente riesgo de incendio. La falta de seguridad ciudadana en el sentido de que por tamaño no tienen policía nacional, local y/o guardia civil propia y en muchos de ellos, tampoco hay asociación de voluntarios de protección civil, entre otros.

Imagen – Referencia a principales “carteras de acción” para frenar cambio climático según ONU. Fuente.: iberdrola.com
En esta experiencia laboral, al llegar al ODS 13 y preguntar por políticas “climáticas” que tienen, la gran mayoría de ellos, no cuenta con planes de adaptación y mitigación al cambio climático. Algunos de ellos, sí tienen Planes de Acción por el Clima y la Energía Sostenible (PACES) supeditados a la iniciativa del Pacto de las Alcaldías por el Clima y la Energía.
Es decir, formalmente hablando, la gran mayoría no tiene “planes integrados” que permitan planificar de una manera estratégica y establecer prioridades sobre intervenciones a realizar en el municipio. Se entiende. Muchos no cuentan con recursos humanos especializados en estos temas. Así, aquí surge una figura clave en el territorio que es la del agente de empleo y desarrollo local (aedl) que muchas veces atiende a varios municipios a través de una mancomunidad u otros organismos supramunicipales. El aedl se encarga, entre otras funciones, de tramitar subvenciones que van aprobándose en diferentes convocatorias. Así, por ejemplo, ahora, en una gran mayoría de ayuntamientos y vinculado con mitigación del cambio climático se está trabajando en:
- Instalación de renovables en edificios municipales.
- Adquisición de vehículos eléctricos para servicios municipales.
- Instalación de puntos de recarga de vehículos eléctricos.
- Iluminación eficiente.
- Creación y puesta en marcha de comunidades energéticas locales.
- Instalación de plantas fotovoltaicas en las inmediaciones de los municipios por parte de empresas externas; sociedades anónimas en su mayoría.
- Redacción de planes de emergencia frente a sequías.
- Redacción de planes de prevención de inundaciones.
- Recientemente, algunas Fundaciones con empresas locales, están trabajando en “dehesas boyales y sumideros de carbono”.
- Huertos urbanos.
Desde mi punto de vista, la gran mayoría de ayuntamientos tiene bastante mérito respecto a la labor que realizan en sus municipios con los pocos recursos que tienen. La parte social, por ejemplo, está bastante bien cubierta respecto a la atención a personas mayores o familias con problemas, por ejemplo. En lo económico, por ejemplo, los fondos destinados a programa de contingencia y programa de mínimos vitales, en muchos casos son devueltos pues los ayuntamientos no reciben demanda de este dinero por parte de su población; o bien, la población no está en los márgenes establecidos para tener derecho a estos programas, sino que están por encima de los mismos.
Sin embargo, el problema principal de muchos de estos pueblos es la falta de oportunidades en el ámbito laboral, el envejecimiento poblacional, la falta de iniciativa empresarial, la dependencia de ayuntamiento como principal empleador, la falta de estrategia para atraer a inversores a la zona; en definitiva, eso que ahora clasifican como “el reto demográfico”.
Por qué a un municipio puede interesarle desarrollar un plan de adaptación y mitigación del cambio climático
En caso de desarrollar un plan siguiendo la metodología de adaptación basado en la comunidad, el ayuntamiento:
- Podrá disponer de un diagnóstico climático sobre las condiciones específicas de su municipio para poder tomar mejores decisiones respecto a inversiones a realizar y tipología de servicios/productos a contratar.
- Podrá reducir la vulnerabilidad climática del municipio: mejorando su capacidad adaptativa, disminuyendo la exposición y amenazas y pudiendo anticipar y gestionar riesgos para proteger a la población y reducir costes futuros por destrozos y catástrofes.
- Se alineará con la normativa vigente. La Ley de Cambio Climático y Transición Energética (Ley 7/2021) impulsa la acción climática local. Por otra parte, algunas comunidades autónomas ya han regulado que los municipios deben elaborar planes de adaptación. Andalucía, Cataluña, País Vasco, por ejemplo.
- Contribuirá a mejorar la calidad de vida de los habitantes. Muchas medidas de adaptación y mitigación llevan asociados una serie de beneficios paralelos (“cobeneficios”). Medidas verdes de adaptación como cubiertas verdes, jardines verticales, huertos, arbolado urbano, zonas verdes municipales, etc. mejoran el confort térmico del municipio, la habitabilidad, reducen la contaminación, fomentan la salud pública, entre otros.
- Podrá acceder más competitivamente a fondos europeos como FEDER, Horizonte Europa, LIFE, programas estatales del IDAE, MITECO, etc. Sin planificación climática, muchos municipios se quedan fuera de convocatorias.
- Contribuirá a aumentar la estabilidad y el desarrollo económico. El cambio en variables de temperatura y precipitaciones y el aumento de frecuencia de eventos extremos impacta en diferentes sectores como turismo, agricultura, transporte o comercio local. Un plan de adaptación permite sostener la economía local frente a crisis actuales o futuras. Además de ello, puede ser “caldo de cultivo” para que se asienten nuevas empresas relacionadas con la puesta en marcha de medidas “blandas, verdes, grises”.
- Considerará a los diferentes grupos de interés de la localidad y esto traerá como consecuencia un enriquecimiento mutuo, un aumento de la confianza de todas las partes y una mayor probabilidad de que cada grupo de interés realice aportaciones positivas al municipio.
- Contribuirá a desarrollar un modelo de municipio más sostenible, amable, saludable, circular, epicúreo, accesible, innovador, entre otros.
- Al escuchar a los diferentes grupos de interés y tener en cuenta sus necesidades/expectativas se convertirá en un municipio más inclusivo. Considerando aspectos de planeamiento urbanístico específicos relacionados con la infancia, jóvenes, personas con discapacidad, personas mayores, entre otros.
- Usará mejor los recursos tiempo y dinero.
El próximo miércoles 28 de mayo comenzamos una nueva edición del curso “Adaptación, mitigación y huella de carbono local” (1). A través del mismo, usted podrá trabajar en la elaboración de planes de adaptación y mitigación del cambio climático local con ayuntamientos y/u otras entidades supramunicipales, PACES, huella de carbono local, entre otros. Si le interesa, puede matricularse aquí (2).
Lo escribe: PAZ HERNÁNDEZ PACHECO (3)
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