Quién iba a decir a los que están descubriendo estos días la custodia del territorio como herramienta de conservación, que esta nació ya hace 120 años… A los que a día de hoy apoyamos y desarrollamos estrategias de Custodia del Territorio que quedan muchas acciones e innovaciones por llevar a cabo.

Paisaje de Yellowstone, por Thomas Moran (1837-1926)

Hace esos mismos años, a finales del siglo XIX, empezaron a crearse figuras y lugares de protección de espacios naturales en Estados Unidos. A todo/as nos suena la declaración de los primeros parques nacionales del mundo: Yellowstone (1872) y Yosemite (1890). Los que inicialmente fueran declarados por su carga simbólica y de ocio y disfrute para la ciudadanía, terminaron siendo ejemplos de conservación de la naturaleza debido a la reducción de impactos sobre los usos del suelo. Y de aquello surgió también la inspiración para los siguientes espacios protegidos en más países, hasta llegar a España en 1918 con la creación del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga (hoy Picos de Europa) y el del Valle de Ordesa (hoy Ordesa y Monte Perdido).

Empezó así a crearse una conciencia ambiental y, pronto, una normativa alrededor de estos espacios, de ámbito internacional, continental y estatal que muchos ya conocemos (Convenio de la Diversidad Biológica, Directiva Hábitats, Ley de Montes española, Ley de Espacios Naturales Protegidos…). Pero no tan visible, y en paralelo, nacía también un movimiento de implicación de la ciudadanía en la conservación de la naturaleza: la custodia del territorio. Se puede decir que su origen se remonta hasta tan atrás como esas figuras de protección, a la creación de The trustees of Public Reservations (1890), la primera organización privada, sin fines de lucro, de conservación en Estados Unidos. La que ahora denominaríamos la primera “entidad de custodia del territorio”. Si bien su inspiración venía de la protección de grandes lugares como los parques nacionales, la creación de esta entidad nace realmente de un proyecto local de conservación. Charles Eliot, uno de los fundadores y un joven arquitecto paisajista, abogó por la protección de pequeños pero numerosos espacios también de “belleza poco común y poder refrescante para la ciudadanía”, más cercanos a las ciudades que aquellos extensos parques nacionales. Pensaba en una colina de grandes robles cercana a Plymouth o la vereda de un río de Sherborn (ambos cerca de la gran ciudad de Boston). Para proteger estos y tantos otros lugares, Eliot propuso la creación de una única organización en todo el estado, una sociedad de voluntarios respaldada por la legislatura estatal, y que mantuviese una tierra libre de impuestos para el disfrute público. Así, un distinguido grupo de ciudadanos firmaron por la “preservación de lugares hermosos e históricos” y en 1891 se votó a favor de la creación de The trustees of Public Reservations.

Tan solo cuatro años después, llegaba la custodia del territorio a Europa por Reino Unido, con la fundación de la National Trust con una gran movilización desde entonces. Sin embargo, pasan décadas hasta que se extiende por el resto de Europa y no es hasta los años 60 y 70 del siglo XX que aparece esta herramienta en España.

La custodia del territorio española cumple apenas 60 años y, sin embargo, son ya cientos de entidades en acción por la conservación de casi 600.000 hectáreas y su biodiversidad, una perspectiva evolucionada con los años a la planteada inicialmente y, de hecho, esencial complementariamente a la protección que actualmente ofrecen las administraciones públicas y algunas entidades privadas.

Portada de la web del FRECT, entidad de representación del colectivo de entidades de custodia
del territorio en el conjunto de España

España es un país diverso y con una altísima diversidad biológica y paisajística de la que todos podemos formar parte y equipo de acción por su conservación. Herramientas como la custodia del territorio tienen ahora el auge que nuestros espacios y especies necesitan para su supervivencia ante problemas como la contaminación, el cambio de usos del suelo o el cambio climático. Son empresas, asociaciones, fundaciones, cooperativas e incluso las administraciones públicas son, a día de hoy, las aliadas de la custodia del territorio, empezando por personas y preocupaciones medioambientales locales.

En el Curso de Custodia del Territorio del Instituto Superior del Medioambiente tratamos desde el origen de la custodia del territorio hasta las herramientas y planificación para ponerla en acción sobre el territorio, pasando por los principios y los agentes implicados en España y en cada acuerdo de custodia.

Próxima edición Curso de Custodia del Territorio: 27 de abril