La rana de uñas africana Xenopus laevis fue elegida como animal de laboratorio debido a su resistencia y facilidad de reproducción, y esto mismo permitió abrir su comercialización como especie ideal para acuariófilos (es una especie totalmente acuática), especialmente los individuos albinos ya que no exigía cuidados muy exigentes debido a su adaptabilidad al medio.

Imagen: Ben Rschr

El problema en la liberación de los individuos se produjo cuando en muchos laboratorios dejó de ser una especie útil y se produjeron liberaciones de numerosos ejemplares en países como EEUU donde posteriormente se extendió por distintos estados. Otro problema añadido fue el de la liberación de ejemplares en cautividad que provenían del comercio de las tiendas especializadas.

Actualmente este ejemplar procedente de Sudáfrica se encuentra extendido por numerosos países como EEUU, Chile, Inglaterra, Holanda, Francia e Italia y su extensión sigue creciendo cada año.

En España los primeros ejemplares fueron localizados en una charca de un parque Barcelona siendo monitoreadas y posteriormente erradicadas por medio del vaciado de la charca. Pero había que pensar en la facilidad con la que éstas y otras especies eran liberadas en distintos ámbitos y con ello la probabilidad que hubiesen sido liberadas también en otros ambientes, entre ellos los naturales.

Rápidamente esta especie se extendió también por otros lugares del clima mediterráneo y actualmente ocupa una mayor extensión en zonas de la CCAA de Cataluña y Baleares existiendo una amenaza potencial para otras zonas de clima mediterráneo.

¿Y por qué esta especie se considera una amenaza para las especies autóctonas considerándose especie exótica invasora?, básicamente por dos características:

  • Su alimentación: con la ingesta de larvas y juveniles de otras especies de anfibios, entre ellas del sapos y ranas autóctonas.
  • Su competitividad: tanto de la alimentación como del espacio (nicho ecológico) en el que convive con otras especies autóctonas.
  • La trasmisión de enfermedades: la más grave, ya que es portadora de una especie de hongo (Batrachochytrium dendrobatidis) causante de la enfermedad de la quitridiomicosis, con nivel de mortalidad alta, que produce una disminución de la queratina en su piel produciendo así su muerte.

Los síntomas más comunes son el letargo, la descoordinación muscular y el agrietamiento de la piel.

La vía de trasmisión depende de la fase de desarrollo siendo en la fase larvaria por la boca y la adulta por el cuerpo.

La trasmisión se produce siempre en la fase de reproducción del hongo cuando las esperas se ponen en contacto con distintas partes del cuerpo del anfibio causando la muerte a los pocos días, aunque algunas especies resisten más tiempo.

En nuestro país está dañando a especies de anfibios y serpientes acuáticas que ya de por sí se encontraban amenazadas. Quizás el caso más conocido es el del sapillo autóctono balear o ferreret (Alytes muletensis) el cual está presente solamente en la isla de Mallorca y que, sobre todo en su fase de reproducción, acude a zonas de charcas donde está en contacto con el hongo mortal.

¿Y cómo se está actuando para su gestión y control?

Entre los métodos más usados están los trampeos y extracciones manuales, aunque también el vaciado de los lugres donde se encuentra y algunos métodos químicos aunque esto también afecta a otras especies y no es muy seguro.

Otro método que sin duda funciona siempre con especies cuyo destino es el de mascotas es la concienciación de la población para evitar su compra y posterior suelta en el medio natural.

Referencias:

  • Revista Quercus: “Primera localización de Xenopus laevis en libertad en España Guillem Pascual, Gustavo A. Llorente, Albert Montori & Alex Richter-Boix”.
  • Miteco