La sociedad actual está cambiando. El futuro preocupa a las nuevas generaciones y se han encendido las alarmas ante factores como el cambio climático, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero o los cada vez más limitados recursos naturales.

Estamos presenciando un progresivo cambio en el modelo energético y la tendencia se materializa en la creación, modificación y/o actualización de numerosas estrategias y directivas regulatorias que han venido fomentando el consumo responsable de energía y el ahorro, así como la reducción de emisiones contaminantes.

En ese continuo devenir, la Comisión Europea presentó el pasado 30 de noviembre un nuevo paquete de medidas para preservar la competitividad de la Unión Europea y gestionar la transición hacia una economía basada en una energía limpia. Lo que se ha denominado el Paquete de Energía Limpia («Clean Energy Package«).

En este nuevo paquete de medidas, la Comisión propone mejorar en un 30% la eficiencia energética global de la Unión para 2030, haciendo hincapié en el compromiso de la UE de priorizar la eficiencia energética.

Para asegurarse de que este objetivo se llega a cumplir, la Comisión se centrará, entre otros, en acelerar el ritmo de la rehabilitación energética de edificios, impulsando, a su vez, la financiación y la certificación de eficiencia energética de edificios.

Aunque no existe mayor concreción en estos términos anunciados, todo ello se considera que establecerá un marco estable que permita la descarbonización del stock de edificios para mediados de siglo; objetivo realmente ambicioso.

Hay que tener en cuenta que los edificios representan el 40% del consumo energético de Europa. Dos tercios de los edificios de la UE se construyeron antes de que existieran normativas sobre eficiencia energética, y su tasa de renovación es sólo del 1% por año.

Rehabilitación de edificio en Zaramaga, Vitoria. Construction 21. http://www.construction21.org/case-studies/es/energy-rehabilitation-and-building-accessibility-in-zaramaga-vitoria-gasteiz,es.html

En términos de edificación y según datos estadísticos, el porcentaje que representa la rehabilitación en España en relación con el total de la construcción es de los más bajos de la zona euro, situándose trece puntos por debajo de la media europea, que alcanza un 41,7 %; y ello aún con el reciente desplome de la construcción de vivienda nueva a consecuencia de la crisis.

España cuenta, actualmente, con un parque edificado de 26 millones de viviendas, aproximadamente, de las que el 58 por ciento tienen más de 30 años, y 6 millones tienen más de 50 años. En su mayoría, las viviendas son ineficientes energéticamente, ya que aproximadamente un 53% de nuestros edificios se construyó con anterioridad a la primera normativa que introdujo en España unos criterios mínimos de eficiencia energética: la Norma Básica de la Edificación “NBE-CT-79”, sobre Condiciones Térmicas en los edificios.

La rehabilitación energética de edificios, por tanto, es la que puede sentar los cimientos para la regeneración del sector de la edificación en España, ya que:

  • Se potencian nuevos sectores tecnológicos que generan puestos de trabajo;
  • Ello implica ahorros energéticos y menor dependencia energética;
  • Se reducen implícitamente las emisiones de CO2 nacionales;
  • Y se cumple con los compromisos europeos de reducción de energía y emisiones para 2020 y 2050, además  de combatir el cambio climático.

Según datos del Green Building Council-España (institución que elabora los informes anuales GTR), con una inversión de 10.000 millones de euros anuales en rehabilitación energética se podría actuar sobre 300.000 viviendas; ello supondría un ahorro de hasta 390.000 millones de euros por mejora en eficiencia energética y una sustancial reducción del 82% de las emisiones de CO2 de las viviendas españolas.

Este informe concluye que, a través del cambio a un adecuado marco regulatorio que facilite ayudas públicas y beneficios fiscales a la rehabilitación, España puede alcanzar en 2050 los 10 millones de viviendas rehabilitadas energéticamente, reduciendo su consumo de calefacción en un 82% y sus demandas de energía para el agua caliente sanitaria en un 60%.

Por otra parte, en cuanto a herramientas regulatorias, el único instrumento que, hasta ahora, ha permitido determinar el grado de conservación de los inmuebles, la Inspección Técnica de Edificios (ITE), parece insuficiente para mejorar dichas estadísticas. Además, dicho procedimiento ni siquiera está establecido en todas las Comunidades Autónomas, ni se exige en todos los municipios españoles.

Es por ello por lo que, con la ley 8/2013, se creó un nuevo procedimiento legal de acreditación del estado de conservación del edificio que incluye, además de la ya conocida ITE, la certificación de eficiencia energética (CEE), mediante el método simplificado para edificios existentes, así como el cumplimiento de la normativa en materia de accesibilidad universal (ACC). Como resultado de dicho procedimiento se genera el denominado Informe de Evaluación de Edificios (IEE).

En conclusión, España se encamina ya hacia la reconversión del sector de la edificación, transformándose hacia un sector basado en la rehabilitación, factor clave para que la economía española alcance un nivel de eficiencia que garantice su competitividad futura.

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