En este blog, hemos venido hablando desde el año 2021, sobre la importancia que está adquiriendo la integración de la sostenibilidad en las empresas. Para poder hacerlo, mi apuesta es que, primero, una empresa ponga en marcha un plan de sostenibilidad que además esté alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y que luego, una vez que va implantando medidas que se identifican en este plan, vaya comunicando sus progresos a sus grupos de interés a través de documentos como las memorias de sostenibilidad; por diferentes motivos que hemos enumerado en entradas anteriores y también por estrategia.

Desde diferentes focos, hace ya tiempo que se viene hablado de las finanzas sostenibles y de la reorientación del modelo económico hacia la sostenibilidad. Antes, la empresa era concebida como un sistema cerrado que sólo se ocupaba de lo que ocurría dentro de sus instalaciones. En la actualidad, la empresa es tratada como un sistema abierto. Tiene unas entradas – recursos y materias primadas que extrae del medio -, ejecuta unos procesos internos que le sirven para generar su producto y/o servicio y genera unas salidas. Emisiones, vertidos, residuos, ruidos y otros. Diferente normativa reguladora vigente obliga a las empresas a internalizar todos estos costes ambientales. A partir de aquí, han surgido diferentes herramientas y soluciones de todo tipo que facilitan que la empresa pueda cumplir con la normativa vigente, a la vez que puede ayudarles a ahorrar gastos y minimizar residuos y emisiones, por ejemplo.

La divulgación de información sobre sostenibilidad es un requisito para el desarrollo de esas finanzas sostenibles. Si no se dispone de esa información, los inversores no pueden distinguir entre aquellas empresas que trabajan de una manera más sostenible. La normativa que regulaba la divulgación de esta información en la UE – la NFRD y su trasposición en España como Ley 11/2018 – no ha conseguido todos los objetivos que se perseguían con esas informaciones que se publicaban anualmente.

Imagen – Referencia a la CRSD. Fte.: headmine.com

En 2023, ha entrado en vigor una nueva norma más exigente. La Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD) (1) que pretende mejorar la divulgación de la información sobre sostenibilidad de las empresas del siguiente modo:

  • Mejorando la calidad de la información, con indicadores y métricas más claros.
  • Incrementando la cantidad de información facilitada; esto puede afectar a otras empresas más pequeñas de la cadena de valor que deberá facilitar información a las empresas que están obligadas por esta directiva.
  • Aumentando la credibilidad. Más diligencia debida y más exigencia de verificación externa. En este sentido, y en relación con los planes de sostenibilidad basados en ODS a los que me he venido refiriendo en entradas anteriores, hago un inciso aquí para compartir que AENOR ya ha puesto en marcha un modelo de certificación sobre la contribución empresarial a los ODS. El objetivo es cubrir todos los aspectos destacados, generando confianza a terceros y distinguiendo la contribución empresarial a los ODS. Se analiza que la estrategia de una compañía incorpore la sostenibilidad y que esté alineada con los ODS relevantes para el corazón del negocio.
  • Buscando la homogeinización de la información que se aporta.
  • Facilitando una mayor comparabilidad de la información de las empresas europeas.

El próximo 27 de septiembre celebramos una nueva edición del curso “Diseño de planes de acción ODS para empresas” (2) donde el alumnado aprenderá a diseñar un plan de sostenibilidad que esté alineado con los ODS. Considerando visión, misión, objetivos, valores, atributos de la empresa, asuntos relevantes y aspectos materiales, grupos de interés, ODS prioritarios y secundarios a los que contribuir, medidas que puede poner en marcha la empresa para lograrlo, indicadores para medir resultados y alianzas para acelerar logros, entre otros.

 

Imagen – Asamblea General. Fuente: un.org. de Manuel Elías.

Los días 18 y 19 de septiembre, en Nueva York, se celebra la cumbre 2023 sobre los ODS que marca el ecuador de plazo fijado para alcanzar la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se estima que marcará el inicio de una nueva fase de progreso acelerado hacia los ODS. Además de diferentes cuestiones, se celebrarán una serie de diálogos que versarán sobre los siguientes temas:

  • Diálogo 1 – “Ampliar las acciones para acelerar el progreso de los ODS”
  • Diálogo 2 – “Fomentar la resiliencia y no dejar a nadie atrás”.
  • Diálogo 3 – “Aplicar la ciencia, la tecnología, la innovación y los datos para la acción transformadora”.
  • Diálogo 4 – “Reforzar las políticas integradas y las instituciones públicas para alcanzar los ODS”.
  • Diálogo 5 – “Unidad y solidaridad: fortalecimiento del sistema multilateral para mejorar el apoyo, la cooperación y el seguimiento de los ODS”.
  • Diálogo 6 – “Movilizar la financiación y las inversiones y los medios de ejecución para el logro de los ODS”.

Parece que la apuesta por los Objetivos de Desarrollo Sostenible continúa y las empresas pueden ejercer un papel relevante respecto a contribuciones; como ya he venido comentando en el blog, considerando sus variables económicas, sociales y ambientales, haciéndolo de manera progresiva y estableciendo prioridades que generen un impacto real; en su propio crecimiento y desarrollo, en su propio personal y en su entorno. El curso “diseño de planes de acción ODS para empresas” puede ser una vía de partida para ponerse en marcha y pasar a la acción.

Lo escribe: PAZ HERNÁNDEZ PACHECO